Según la Asociación Española de Pediatría, “la alimentación con leche materna (LM) probablemente es la intervención sanitaria que, con menores costes económicos, consigue mayores beneficios sobre la salud del individuo”. Siendo lo “natural”, muchas madres que hayan tenido dificultades para el inicio y mantenimiento de la lactancia materna, opinarán que no es, ni de lejos, lo más “fácil”. Valga por delante que este es mi caso, con una muy complicada instauración de la lactancia, pero también el de mi alrededor, donde he visto fracasar y dar por acabadas lactancias que no querían ser terminadas. Pero, ¿cuáles han sido los motivos?
Para hacernos una idea, según los datos extraídos de las ENS, la tasa de LM a las 6 semanas se sitúa alrededor del 71%, a los 3 meses (66.5% en el año 2012) y 6 meses de vida (46,9%). Estas cifras han aumentado a lo largo de los últimos años gracias a la promoción de los beneficios de la lactancia materna tanto por organismos oficiales como el Comité de Lactancia Materna de la AEP, divulgadores reconocidos como el pediatra Carlos González o Alba Padró (autora de la App más completa sobre lactancia), y también a grupos de madres dispuestas a ayudar a otras madres, como La Mama d’Elx y otras asociaciones locales. Sin embargo, estas cifras se alejan mucho de las recomendaciones de la OMS: lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses y, posteriormente, hasta los 2 años complementada con otros alimentos, dando por finalizada cuando madre e infante lo deseen.
En nuestra cruzada particular, llevamos 11 meses de pecho y hemos tenido suerte. Y no porque todo fuera sobre ruedas desde el principio. Tanto mi marido como yo fuimos niños de biberón, por lo que los abuelos, no podían ayudarnos cuando el bebé no sabía coger el pecho después de haber sido alimentado a biberón durante sus primeros días en neonatos. Las enfermeras nos decían que no pasaba nada por “una ayudita”, pero al llegar a casa fue un infierno de lloros, horas sin comer, y viajes a la farmacia a las 5 de la mañana. Al día siguiente, la visita al pediatra no ayudó. No sabía cómo ayudarnos más allá de: “si no coge el pecho, dale tantos mililitros de leche de fórmula…”, lo que a una madre con leche en sus pechos, es el peor consejo que se le puede dar. ¿Resultado? Mastitis y el bebé que cada día que pasa, acostumbrado más al biberón. De ahí la importancia de que el personal sanitario esté formado en lactancia materna.
Afortunadamente, existen grupos de apoyo que han salvado muchas lactancias, incluida la mía. Pasados unos días en los que no sabía qué hacer y con un sentimiento de culpa y falta de capacidad increíble, llamé al teléfono de “la Mama d’Elx”. Fue la primera luz en el túnel. No solo me dieron información de dónde acudir, como los talleres de lactancia de los centros de salud, sino que me ofrecieron un grupo de apoyo en el que otras mamás habían pasado por lo que yo (o incluso experiencias más duras) y me decían que sí se podía, que confiara en mí.
Han sido 11 meses en los que hemos tenido la suerte (con el consiguiente sacrificio económico) de haber podido alargar la baja de maternidad, de tan solo 16 semanas, más el permiso por lactancia (15 días) con una excedencia no remunerada. Porque las madres que han tenido que incorporarse a trabajar pueden dar cuenta de lo difícil que puede ser mantener una alimentación exclusiva a base de leche materna cuando pasas 8 o 9 horas alejada de tu bebé. Porque no es tan fácil dejar tu puesto de trabajo para extraer leche, y no encontrar las condiciones higiénicas idóneas, o las miradas de los compañeros por ausentarte temporalmente de tus obligaciones laborales, etc. Por eso La Mama d’Elx, inició el pasado 8 de Marzo una recogida de firmas para modificar la “regulación del permiso por lactancia y el riesgo por lactancia”, cuyos puntos claves son un permiso de 12 meses y la garantía de espacio y tiempo para la extracción de leche en el puesto de trabajo. El enlace para apoyar esta petición se encuentra en su página de Facebook.
MOCIÓN PARA MODIFICAR LA REGULACIÓN DEL PERMISO POR LACTANCIA Y EL RIESGO POR LACTANCIA
Es un granito de arena más para salvaguardar la salud de los bebés y sus madres, y eliminar un impedimento más en la decisión de tener hijos y poder cuidarlos debidamente que, junto con otras medidas, derivaría en un aumento del índice de natalidad, que está actualmente bajo mínimos.
Asóciate rellenando este formulario y forma parte de este gran equipo de familias que ayudan a una lactancia feliz.