«Cuando me enteré de que estaba embarazada de mellizos empecé a buscar información por todas partes (así descubrí la asociación) sobre lactancia materna, ya que tenía claro que les quería dar el pecho. Leí, acudí a asociaciones, al taller de lactancia de mi matrona, … Y mis bebés nacieron cuando aún no habíamos llegado a la semana 35 de embarazo.
Conforme nacieron, por protocolo, se los llevaron a la incubadora. Y ahí estuvieron dos semanas. Yo pedí un sacaleches antes de salir del paritorio, y enseguida empecé a estimularme el pecho.
Las enfermeras me explicaron que como habían nacido antes de tiempo no tenían desarrollado el reflejo de succión, y que por eso no sabían mamar.
En el hospital, cada tres horas se les daba biberón. Empezaron tomando 15ml de leche especial para prematuros. Cuando tocaba la toma, el papá cogía a un bebé y le daba el biberón. Yo cogía al otro y lo ponía al pecho, pero no se enganchaba. Apenas abría la boquita. Cuando el papá terminaba con el primero, venía a ayudarme. Cogía la leche con una jeringuilla, y le poníamos una canulita al bebé por la comisura de la boca, para que le fuera entrando la leche y “pensara” que salía del pecho.
Si el peque se ponía muy nervioso, terminábamos dándole el biberón normal, sin “engañarlo”. Había tomas en las que no hacíamos eso y directamente cada uno le daba el biberón a un bebé. Y siempre después de cada toma, me ponía el sacaleches doble del hospital.
Como al tercer día tuve la “subida” y poco a poco todos los biberones que les dábamos fueron de mi leche. Pasaban los días, iban aumentándoles los mililitros de leche a tomar, pero seguían sin cogerse a mi pecho. Hasta que un día, unas enfermeras me dieron unas pezoneras para probar. Y con las pezoneras se engancharon los dos en breve.
Así que a los 14 días volvían a tener aproximadamente el peso que tenían al nacer y nos fuimos a casa. Nos fuimos a casa con pezoneras y chupetes.
(En el hospital, por la noche, les daban el chupe cuando yo no estaba. Decían que les venía bien para desarrollar el reflejo de succión, y además si eso les calmaba cuando estaban inquietos, pues bienvenido chupe).
Los primeros días en casa intenté seguir con la rutina del hospital. Me ponía a uno al pecho, lo tenía un rato, y luego le daba algo de biberón, porque aunque ya se enganchaban, me parecía que no mamaban demasiado. Después a su hermano. Después me sacaba leche… Y poco después, vuelta a empezar. El sacaleches de casa no era tan potente como el del hospital, así que me quedaba sin “bibes” de reserva… y estaba agotada.
Mi amiga Maite, asesora de lactancia a la que bombardeé a consultas, me dijo: tírate a la piscina, confía en tu cuerpo, olvídate del sacaleches porque es un incordio más ahora mismo para ti. Ponte a los bebés más al pecho y fuera bibes. Y fuera chupa. (Notaba que la chupa les confundía bastante. Si la tenían un rato puesta y luego los ponía al pecho, a veces me hacían daño. Por eso quería quitar la chupa al menos hasta que tuviéramos la lactancia bien establecida).
Y así lo hice. Me los ponía al pecho más a menudo. Poco a poco ellos fueron cogiendo más fuerza. Cada vez que los ponía les ofrecía el pecho y cuando se empezaban a cabrear me ponía la pezonera. Hasta que a los poquitos días de estar en casa tanto uno como el otro se engancharon bien al pecho y nos olvidamos de pezoneras.
Cuando estábamos solitos y tranquilos, me los ponía a ratos a los dos a la vez, con un cojín de lactancia en la posición del rugby, y así poco a poco fuimos estableciendo la lactancia materna. Con dedicación exclusiva a ellos durante el primer mes de casa, con apoyo de la familia y con litros y litros de PACIENCIA, porque ninguno de los tres sabíamos que era eso de la lactancia materna.»
Conseguimos 6 meses de lactancia exclusiva.
Tienen casi 3 años.
Toman pecho.
Aún no nos hemos planteado dejarlo.
Firma: Esther Navarro
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¿Estás esperando gemelos y querrías darles de mamar pero tienes mil dudas?
Ven el miércoles 24 de enero de 2018 a compartirlo con nosotras, a las 17 horas en la sede de la asociación, Centro sociocultural el Raval, en Carrer Boix i Rosario, 2.
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