«Mi experiencia como madre ha sido arrolladora. He querido dar todo lo que necesitan mis hijas sin darme cuenta que no lo tenía, he tenido que improvisar, informarme, plantearme cosas que nunca había pensado. Mi vida ha cambiado por completo.
Antes trabajaba de Auxiliar de Clínica Veterinaria y nunca me había planteado dejar de trabajar con la maternidad porque era mi gran vocación. Al nacer mi primera hija me di cuenta que mi gran vocación en ese momento había cambiado. Ella era mi mejor proyecto de vida y dedicarle todo mi tiempo y energía era la mejor inversión de futuro que podía hacer, dejando aparcado pero nunca olvidado mi profesión.
Con el tiempo, después de que mi segunda hija naciera, me planteé combinarme la crianza plena con mi trabajo y modificándolo empecé a hacer guarderías caninas en casa. Me he dado cuenta que todo lo que creo que es lo mejor para ellas es lo mas difícil para los padres y los mas cómodo para nosotros es lo que menos les conviene a ellas. He dedicado tanto para ellas que apenas existía yo y en ese perderse, desaparecer, he encontrado mucho de mí. He descubierto una parte de mí que no conocía, para lo bueno y para lo malo, más en profundidad porque me ha llevado a extremos nunca vividos antes.
Para mí la lactancia ha sido mucha entrega, mucha dedicación exclusiva materna pero mi gran aliada. Ella me ha dado solución a todos los problemas y necesidades de mis hijas. El alimento que ellas preferían y el más económico para mí, siempre a punto en cualquier sitio y momento a la temperatura perfecta. Cuando lloraban siempre les calmaba fuera el motivo que fuera su tristeza o dolor. Para dormir era una inyección de relajación y cuando estaban enfermas su dosis de defensas.
He comprobado que la leche materna les nutre a nivel físico y emocional. Mi hija mayor tiene casi 5 años y no tiene previsto dejar la lactancia de momento. Dice que le gusta más que el chocolate y el helado, que son sus favoritos. Ella come de todo, pero sigue beneficiándose de todas las cosas buenas que tiene de la naturaleza incomparable con cualquier otro alimento del mundo. He hecho siempre con las dos lactancia materna a demanda. Es una gran entrega de ti y todo tu tiempo, pero pienso que vale la pena.
Con la primera hija los pediatras me dieron información muy poco apropiada para una buena lactancia, pero al estar informada supe reconocer lo que no era adecuado. Tuve mis dudas, porque mi primera hija era y ha sido delgada de constitución siempre y decían que podría ser la leche. Cuando empezó a comer grandes platos de lentejas comprobamos que seguía en el mismo percentil. Pienso que la leche materna es un gran regalo de la naturaleza y ¿por qué no vamos a aprovecharlo?»
Mamá e hijos: Carmen, Isis y Nut (5 y 1 años)
Fotografía: Nathalie Pérez