Han pasado 40 años desde que la 34ª Asamblea Mundial de la Salud (AMS) en 1981 adoptara el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de Leche Materna, un marco político histórico diseñado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF para proteger a todas las madres y a sus bebés de las prácticas inapropiadas de comercialización de los sucedáneos de la leche materna (la leche artificial, otros productos lácteos como yogures, cereales en papillas, leches de “continuación”, tés y zumos para lactantes). El Código pretende asegurar que las madres reciban información adecuada por parte del personal de salud, y de esta manera proteger, promover y fomentar la lactancia materna como base de la vida, con beneficios para la salud de la madre y su criatura a corto, medio y largo plazo. El Código recoge los mínimos requerimientos que los distintos países tienen el compromiso ético de cumplir.