

Detrás de cada imagen hay mirada, sensibilidad y oficio. Y este año hemos contado con dos mujeres maravillosas que han puesto corazón y artesanía en cada una de las 12 fotografías.

Su manera de mirar la maternidad es honesta, cotidiana y profundamente real. Ella busca capturar la vida tal como es: imperfecta, tierna, intensa, llena de matices.
Para este calendario quiso mostrar la diversidad de experiencias que rodean la lactancia y la maternidad: la incertidumbre de los primeros días, el orgullo de descubrir que tu cuerpo alimenta, la soledad que a veces aparece incluso cuando no estás sola, la sensación de ser refugio, la calma, la alegría compartida en tribu y también el reencuentro con una misma.
Un recorrido emocional que muchas vivimos en algún momento y que ella ha sabido traducir en imágenes con una sensibilidad preciosa.

A estas fotografías se suma el trabajo artesanal de Paloma, que ha bordado a mano detalles en cada imagen para resaltar su mensaje.
Sus hilos aportan color, textura y un toque de magia que hace que cada foto respire y cobre aún más sentido.
Su trabajo convierte cada lámina en una pieza única, hecha con paciencia, cariño y mucha intención.
Gracias a ellas, este calendario es mucho más que un calendario:
es un pequeño homenaje visual a la maternidad en todas sus formas, sus luces, sus sombras y su belleza compartida.
Muy pronto os enseñaremos más.

