En los humanos no se conoce una edad concreta en la que se produciría un destete natural (aunque la respuesta científicamente aceptada es que el destete en los humanos se produce de manera natural entre los dos años y medio y los siete años). Esto se debe a que la lactancia no es tan solo un proceso fisiológico y biológico, sino que se ve influenciada por factores externos como la sociedad, la cultura en la que vive la madre e incluso la exposición a publicidad de sucedáneos de leche materna, la cual ha contribuido a que los patrones de lactancia cambien en las últimas décadas.
Así, en nuestra sociedad, todavía algunas personas consideran, erróneamente, que hay un vínculo patológico mamá-bebé cuando la lactancia materna se prolonga más allá del año de vida del bebé. Esta creencia, basada en la desinformación, contribuye a que se produzcan destetes prematuros de bebés y que sea mucho más habitual que la lactancia dure meses a que dure años, en contra de las recomendaciones de los organismos oficiales como la OMS, UNICEF y la AEPED, los cuales abogan por una lactancia de forma exclusiva hasta los 6 meses de vida del bebé, y continuar con la lactancia, además de con otros alimentos, al menos hasta los 2 años. A partir de entonces, el destete se producirá cuando madre y bebé así lo deseen.
A esta situación actual, se suma el hecho de que, si ya es difícil encontrar información adecuada sobre lactancia materna, el destete es un desierto. Por ello, hoy queremos hablaros sobre esta etapa y cómo afrontarla.
Cuando es la madre quien considera que ha llegado el momento de destetar, se aconseja hacerlo de forma gradual, no ofreciendo, pero tampoco negando. Esto es lo que se conoce como destete respetuoso.
Durante esta etapa, podemos explicarle la situación, hablarle de tus sentimientos y de los suyos y reforzar que le vas a seguir queriendo. Es muy importante ofrecer alternativas a la necesidad de contacto del niño, ya que el pecho no es solo alimento y la relación que se establece a través de la lactancia es un vínculo muy estrecho que se debe ir reorientando de forma gradual.
Otra recomendación puede ser intentar detectar los “momentos teta”, es decir, aquellas situaciones en las que nos pide y las causas por las que pide (sueño, hambre, aburrimiento, etc.) para podernos adelantar y ofrecer alternativas y/o cosas nuevas y sorpresivas, que redirijan la atención del niño y/o cubran su necesidad de otra forma, para que finalmente y poco a poco no los relacione con el pecho.
Es importante tener en cuenta que los destetes suelen ser progresivos y pueden durar semanas o meses. Este es un proceso lento en el que, como hemos dicho anteriormente, hay que abrir otra etapa y descubrir nuevas formas de relacionarnos con nuestro hijo, de calmarlo, darle cariño, etc.
Por último, es recomendable tener en cuenta el momento de comenzar el proceso de destete e intentar evitar momentos en los que suelen estar más demandantes como pueden ser las crisis de crecimiento, momentos de cambios familiares (mudanza, inicio escuela infantil, vuelta al trabajo de la madre…), cuando están enfermos, etc. pues si están en una de estas etapas van a querer mamar mucho y es posible que cueste un poco más conseguir el destete.
Por otra parte, también puede producirse el destete por parte del bebé. Este se produce cuando es el bebé quien, sin esperarlo la madre, se desteta de forma “espontánea”.
Es conveniente señalar que pueden producirse huelgas de lactancia, en las que el niño, de la noche a la mañana, parece que disminuye su demanda bruscamente, pierde el interés por el pecho o incluso lo rechaza durante unos días (como consecuencia de estrés materno, un olor nuevo que le desagrada, cambios en el sabor de la leche, cambios de rutina y hábitos, crecimiento…) pero es un proceso pasajero que suele durar unos días y que no hay que confundir con un destete, pues este no suele producirse de forma espontánea antes del año o los dos años de vida del bebé. Por otra parte, incluso tratándose de un destete por parte del bebé, según el momento en que se produzca y la edad del bebé, hay trucos para poder volver a relactar si así lo desea la madre.
La lactancia es un proceso que se extingue poco a poco y cuando nada ni nadie fuerza al bebé a dejar de mamar, ellos mismos lo van dejando. Hasta que llega el día que se termina, sin que ni siquiera te hayas dado cuenta y puede que, sin que estés preparada para ello.
Cuando esto ocurre, puede aparecer en la madre un sentimiento de vacío, de duelo o incluso de rabia, pues se produce un destete no planeado, que ocurre de repente. Estos son sentimientos totalmente normales, pues estamos cerrando un ciclo y es normal sentirse triste. Además, a estos sentimientos, se suma el hecho de que suele costar encontrar a gente que te entienda, que comprenda ese sentimiento, y que sepa acompañarte en este proceso de duelo.
Desde La Mama d´Elx somos conscientes de la importancia de poder expresar los sentimientos y sentirse bien al hablar de ello frente a personas que te muestran su empatía y ayuda, ya que el acompañamiento que una madre reciba durante su proceso de destete puede hacer que la etapa sea más fácil y bonita. Es por ello que se crearon los talleres de mare a mare, en los cuales se tratan de forma cercana y entre madres expertas en amamantamiento, todos los temas de lactancia, así como dudas, experiencias y cualquier tema que se quiera compartir.
Además, cada miércoles de 16 a 17h, algunas de nuestras mamis expertas estarán disponibles, previa cita, en el Centro Social El Raval para ofrecer atención personalizada y resolver las dudas que podáis tener en lo relativo a la lactancia. Para acudir en este horario sólo tienes que concertar cita escribiéndonos a lamamadelx@gmail.com o por cualquiera de nuestras redes sociales (@lamamadelx en Instagram, Facebook y Twitter)
Todos nuestros talleres son abiertos y gratuitos, pero si quieres unirte a nuestra tribu y ayudar a que sigamos defendiendo la lactancia materna, es tan sencillo como rellenar este pequeño formulario y hacer una aportación voluntaria consciente de 10€ al año para mantener entre todas los gastos de la asociación.
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